POEMA
Tus besos me llamaron
en la madrugada,
despertando mi espíritu adormecido.
Gritos, dolor, angustia
y las lágrimas del cielo,
helaron mi aposento.
Tus besos cálidos,
ya mustios y austeros,
se alejaban de mi existencia
con un simple:
Hasta luego.
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